Intervenciones para las personas sin techo en Quebec

 

«El fenomeno de las personas sin techo resulta de un proceso de marginación y exclusión complejo»

En 2009, Dianova Canadá creó un nuevo servicio de «vivienda social con apoyo comunitario» para satisfacer las necesidades de las personas sin hogar o bien en riesgo. Una primera casa de huéspedes fue abierta en el centro de Montreal, con una capacidad de 21 personas; en noviembre de 2014, esta capacidad se duplicó con la apertura de un segundo edificio situado en el barrio popular  de Hochelaga.

Bruno Ferrari, Director general de Dianova Canadá, nos explica la situación de las personas sin hogar en Québec y las respuestas dadas al fenómeno. Nos cuenta luego como fueron creados estos nuevos servicios por Dianova y por qué.

¿Puedes explicarnos el fenómeno de las personas sin techo?

Cuando pensamos en las personas sin techo, tendemos a imaginar un alcohólico en situación de precariedad extrema, acostado en un banco del parque. Pero estas personas sin techo crónicos representan sólo la parte visible del fenómeno. También existe un problema de falta de vivienda ocasional, más frecuente pero mucho menos visible también: son las personas que se quedan sin hogar por un tiempo y que logran luego encontrar un alojamiento de nuevo y renovar contactos sociales. Por último, está la falta de vivienda cíclica, con respecto a las personas que se desplazan entre una casa y la calle.

De hecho, la falta de vivienda en realidad no se explica a través del retrato de una persona o un perfil general. Es un proceso de marginación y exclusión complejo que conduce a la calle. La falta de vivienda tiene una dimensión multifactorial. En primer lugar, están los factores causales estructurales, es decir, todo lo que se relaciona con la pobreza, el desempleo, la falta de viviendas asequibles.


A nivel económico, debemos enfatizar que la causa principal de la falta de vivienda es la pobreza, el desempleo. ¡Los pobres simplemente no tienen los recursos para pagar una vivienda!


Existen también factores individuales, es decir, el conjunto de los problemas experimentados por las personas, tales como los conflictos familiares, el abuso sexual, la violencia, el hecho de estar internado en centros de acogida en varias ocasiones. Y por supuesto, todo lo que puede fragilizar a las personas y contribuir al problema de la falta de vivienda, o agravar la situación de las personas: se trata de los problemas de salud física y mental y de los problemas de dependencia: el alcohol y otras drogas, por supuesto, pero también el juego patológico.

Póster de sensibilización a la problemática de las personas sin techo

¿Hay respuestas adaptadas a la situación?

Desafortunadamente, todos los actores del sector se enfrentan a una situación paradójica. Desde la crisis de 2008 y el aumento del desempleo y de la pobreza, tenemos que hacer frente a un aumento de personas sin techo con perfiles cada vez más diversos y complejos, pero con cada vez menos medios. En la actualidad, por ejemplo, el gobierno decidió asignar el 60% de los fondos federales para las personas sin hogar al modelo Housing First (Primero la Vivienda), lo que está alterando completamente el enfoque general tradicional aplicado hasta ahora en Quebec, con acciones de prevención, trabajo en la calle, vivienda social con apoyo comunitario, etc.

El modelo Housing First está pensado principalmente para las personas crónicamente sin hogar, con el fin de acogerles en alojamientos privados con el apoyo de organismos comunitarios. En otras palabras, el modelo se dirige a las personas más visibles sin hogar. Por cierto, el modelo tiene su utilidad, pero no puede satisfacer todas las necesidades de una población cada vez más diversa y heterogénea.

La red establecida desde hace años en Montreal es muy pragmática: nos dirigimos hacia las personas en dificultad, les ayudamos a través de diferentes métodos, les animamos a ir un poco más lejos en sus vidas. Y si casualmente deben volver a la calle, los actores de la red estarán presentes para ellos. Se trata de proyectos que son también útiles, pero debido al hecho que el modelo Housing First consume el 60% de los recursos, algunos tendrán que cerrar sus puertas.

¿Cómo surgió el proyecto de Dianova para las personas sin techo?

La casa de huespedes de la calle Aylwin

Hace algunos años hemos estado enfrentados a problemas de gestión importantes, así que tuvimos que desarrollar actividades complementarias, financieramente sostenibles. Así que empezamos a buscar nuestros partners naturales. Dianova se convirtió en miembro del RAPSIM (red de apoyo para las personas sin hogar en Montreal). Esta asociación nos ha permitido comprender mejor el problema y posicionarnos como un actor de esta red.

En 2008 se presentó una oportunidad en forma de una convocatoria de proyectos del gobierno federal. Lo que nos llevó a lanzarnos en este proyecto fue de poder utilizar un grupo de recursos técnicos, es decir, una organización sin fines de lucro a cargo de todos los aspectos técnicos complejos inherentes a cualquier proyecto inmobiliario  de vivienda social.

El grupo de recursos técnico tenía en el momento un proyecto  completo de llave en mano, con una oferta aceptada y un acuerdo del gobierno federal. Sólo faltaba el líder del proyecto. Así abrimos nuestra primera casa de huéspedes en el centro de Montreal, la casa Saint-André. Luego, a finales de 2014, hemos duplicado nuestra capacidad con la apertura de la casa de la calle Aylwin en el distrito popular de Hochelaga, también en Montreal.


Los inquilinos que entran en el programa están subvencionados, es decir, que su contribución a la renta tiene un tope del 25% de sus ingresos. Por ejemplo, si una persona tiene 800 dólares de ingresos mensuales, su alquiler no superará los 200 dólares (la renta media por una habitación en el mismo barrio es de 450 dólares). El servicio municipal de vivienda nos paga la diferencia. Es un marco financiero estable, definido y suficiente para lograr nuestra misión.


¿Quién es el público diana del proyecto y qué tipo de apoyo ofrece?

Una de las habitaciones de la casa Aylwin

Ambos proyectos están dirigidos a las personas solteras, mayores de 18 años, sin hogar o en riesgo, en situación de precariedad extrema y sin acceso a viviendas privadas, por falta de ingresos suficientes.

En nuestro modelo de alojamiento, la gente tiene el derecho de quedarse tanto tiempo como lo deseen. Tenemos que comprender que nuestras habitaciones son sin duda muy cómodas y equipadas con cocina, pero siguen siendo habitaciones, es decir, una sola pieza con duchas y aseos comunes. Esto significa que si las condiciones de la existencia de una persona mejoran suficientemente, la persona naturalmente  tendera a elegir otros tipos de alojamiento.

En términos de apoyo, Dianova ha optado por un modelo de apoyo comunitario «pasivo». Uno de nuestros colaboradores  se encuentra en el edificio, su tarea consiste en garantizar el mantenimiento de la paz social y de las condiciones de higiene y seguridad para todos, mientras que debe responder a las peticiones de los inquilinos.


Algunas personas están en demanda de un apoyo muy activo, muy estrecho, porque no tienen suficiente confianza en su autonomía, otros prefieren un marco más flexible, como el que proponemos.


¿Cuál es el personal de la casa de huéspedes?

Hay en primer lugar el personal necesario para cumplir con las obligaciones relacionadas con la gestión de las casas de huéspedes, un director y un contable y auxiliar administrativo. Tenemos luego un trabajador psicosocial para cada edificio, también responsable de contestar a las solicitudes de ayuda comunitaria, en particular en cuanto a la asistencia para la búsqueda de empleo. Se trata de personas que provienen de un reclutamiento interno, es decir, son primero licenciados en intervención en adicciones, pero han seguido posteriormente un curso de formación adaptado a su trabajo actual. Por último, tenemos un oficial de mantenimiento y varios voluntarios.

¿Tenéis nuevos proyectos previstos?

Acabamos de obtener un acuerdo para integrar el programa TAPAJ a las actividades de Dianova a partir de este otoño. Se trata de un modelo implementado inicialmente por la organización Spectre de Rue en Montreal; el programa ofrece a los beneficiarios la posibilidad de ser empleados y pagados por un día o más –  TAPAJ significa: «Trabajo alternativo pagado diariamente».

El objetivo del programa TAPAJ es ayudar a las personas a volver al empleo, habituándoles a ganarse la vida a través de un modelo de contratación no vinculante. El proyecto será accesible para cualquier persona interesada, pero será principalmente dirigido a los beneficiarios de nuestras casas de huéspedes.