Las consecuencias del estigma

El problema de las adicciones es mundial. Sin embargo, las personas siguen enfrentándose a un juicio moral muy estigmatizante de parte de la sociedad, con consecuencias dramáticas

Estigma

El estigma puede agravar las dificultades sociales experimentadas por las personas y conducir al aislamiento y la exclusión, con graves consecuencias para su salud mental y física.

Unos 275 millones de personas en todo el mundo, es decir, aproximadamente el 5,6% de la población mundial de edades comprendidas entre los 15 y los 64 años, consumió drogas en al menos una ocasión en 2016. Unos 31 millones de personas que consumen drogas padecen trastornos derivados de ello, lo que significa que ese consumo es perjudicial hasta el punto de que podrían necesitar tratamiento. Según las estimaciones iniciales, 13,8 millones de jóvenes de 15 y 16 años consumieron cannabis en el año anterior en todo el mundo, lo que equivale a una proporción del 5,6%.

Según la OMS, en 2015 fallecieron aproximadamente 450.000 personas a consecuencia del consumo de drogas. De esas muertes, 167.750 estaban directamente relacionadas con los trastornos por consumo de drogas (principalmente sobredosis). El resto de las muertes podían atribuirse indirectamente al consumo de drogas, y entre ellas figuraban las relacionadas con los virus del VIH y la hepatitis C contraídos como resultado de prácticas de inyección inseguras. Extracto del informe mundial 2018 de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito[1].

Pese a la magnitud de las cifras expuestas, éstas se relacionan sólo con el uso y abuso de drogas ilícitas. Para tener una idea del alcance real de la problemática de los trastornos adictivos, debemos agregar las consecuencias del abuso del alcohol y el tabaco, así como aquellas relacionadas con «adicciones sin sustancias», como la práctica compulsiva de juegos de azar y apuestas (juego patológico), adicciones relacionadas con Internet o compras compulsivas, por nombrar algunas.

Guías de recomendaciones

El estigma y la discriminación pueden ser experiencias comunes en todas las áreas de la vida social de las personas con trastornos de uso de sustancias. En el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, que se conmemoró el 26 de junio, Dianova International lanzó una campaña para informar de la realidad del fenómeno y sus diversas facetas y crear conciencia sobre las consecuencias de la estigmatización.

Las consecuencias del estigma en las personas

El problema de las adicciones es mundial. Sin embargo, las personas con trastornos adictivos[2] siguen enfrentándose a un juicio moral muy estigmatizante de parte de la sociedad en general, particularmente con respecto a las personas que usan drogas ilícitas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la adicción a las drogas ilícitas es la condición más estigmatizadora[3]. Las personas dependientes de sustancias se consideran más peligrosas y más «culpables» que las personas con enfermedades mentales o discapacidades físicas[4].

Como resultado, las personas con adicción al alcohol u otras drogas experimentan a diario actitudes estigmatizadoras o discriminatorias. Tales experiencias pueden causar un estrés significativo y sentimientos de vergüenza, culpa, ira, rechazo, o incluso inutilidad o desesperanza, que a su vez alimentan el abuso del alcohol u otras drogas.

El estigma es la denigración y el rechazo a una persona o grupo por su comportamiento, creencia, rasgo o condición, por lo que son tratados con menosprecio, inferioridad y repudio. El estigma trata las actitudes de las personas hacia el individuo o grupos, mientras que la discriminación hace referencia al comportamiento de las personas hacia ellos.

Para las personas con trastornos por abuso de sustancias, el estigma puede tener consecuencias importantes:

  • El estigma es un obstáculo para buscar ayuda profesional, pero también para el proceso de tratamiento.
  • Puede conducir al aislamiento de personas en el lugar de trabajo o despidos injustificados.
  • Puede afectar la capacidad de las personas para volver a conectarse con su comunidad o acceder a oportunidades de empleo y educación.
  • Finalmente puede agravar las dificultades sociales experimentadas por las personas y conducir al aislamiento y la exclusión, con graves consecuencias para su salud mental y física.

El estigma es un fenómeno complejo que puede tomar muchas formas: el estigma percibido o sentido refleja un miedo a la discriminación, real o imaginaria; el estigma efectivo se refiere a experiencias reales y vividas; y finalmente, el autoestigma es la internalización de los pensamientos, actitudes y emociones negativas transmitidas por la sociedad.


 

[1] Informe Mundial sobre las Drogas 2018 – Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito

[2] Aunque el estigma puede afectar a cualquier persona con trastorno adictivo, es mucho más generalizado en el caso de personas con trastornos de uso de sustancias, por lo que este documento hace referencia a esta población en primer lugar.

[3] Según un estudio de la OMS realizado en 14 países y en relación con 18 condiciones potencialmente estigmatizantes – Fuente : Stigma, social inequality and alcohol and drug use (2008) – Robin Room et al. Acceso en línea, el 16/06/2018

[4] Corrigan, P.W., S.A. Kuwabara, & J. O’Shaughnessy, The public stigma of mental illness and drug addiction: Findings from a stratified random sample. Journal of Social Work, 2009. 9(2): p.139-147. Acceso en línea  el 6/06/2018