Adicción a Internet, ¿realidad o mito?

Dianova dedica una serie de artículos a las adicciones a las nuevas tecnologías y a las adicciones sin drogas en general… Este primer artículo se centra en Internet

Desde hace unos años, los medios de comunicación se hacen eco de una cuestión preocupante,  especialmente para los padres de adolescentes inclinados a pasar muchas horas delante de la pantalla de su ordenador: existe o no una adicción a Internet?

Para tratar de responder a esta pregunta con un mínimo de honestidad, primero tenemos que volver a lo básico: ¿Qué es la adicción? 

UUn médico francés, Pierre Fouquet, dio una definición muy pertinente del enfermo alcohólico, «El que ha perdido la libertad de abstenerse de beber.» Acortando un poco esta frase tenemos una definición casi perfecta de cualquier adicción: uno es adicto cuando ha perdido la libertad de abstenerse. Cuando uno se siente esclavo de un producto o de un comportamiento que tiene consecuencias negativas en los ámbitos importantes como las relaciones con nuestros seres queridos, nuestro trabajo o nuestra cuenta bancaria.

«Si que existe la adicción a Internet»

Ciertas prácticas de la adicción a Internet se asemejan más a un uso patológico que a un uso normal. De acorde a varios investigadores y especialistas de esta adicción,se habla de trastorno de adicción a Internet, de uso problemático de Internet e incluso de ciberadicción.


La adicción a Internet no está necesariamente relacionada con el tiempo que se pasa frente a la pantalla. El tiempo que una persona pasa frente al ordenador depende de un conjunto de elementos: nuestra cultura, nuestro trabajo, estudios, etc.


Asimismo, tampoco tiene que ver con lo que hacemos en el ordenador: los aficionados de World of Warcraft (WoW)nos lo dirán, una vez atrapados por el juego, las horas pasan a toda velocidad, sin que realmente se pueda hablar de adicción.

De hecho, si bien muchos jóvenes se definen como «enganchados» (a WoW, a las redes sociales, al póker en línea, etc. teniendo en cuenta que hay una cierta tendencia en los jóvenes a autodefinirse como «enganchados» a una cosa u otra), son pocos los que realmente están enganchados. De hecho, para que la práctica de la Internet sea considerada como una verdadera adicción, no es el tiempo pasado frente a la pantalla lo que importa, sino el impacto de nuestras prácticas.

SSegún los especialistas, el trastorno de adicción a Internet conduce a varios síntomas físicos tales como ojos secos, dolor de cabeza o dolores de espalda, insomnio o falta de higiene personal – y síntomas psicológicos o sociales diversos, incluyendo la incapacidad a poner fin a su práctica en Internet, la necesidad de aumentar el tiempo de uso (hasta de levantarse por la noche), el hecho de pasar por alto, o abandonar actividades antes muy apreciadas, mentir sobre el tiempo dedicado en Internet, o bien mostrar signos de depresión o irritabilidad cuando uno está privado de esta actividad.

Pruebas para medir la adicción a Internet

Unas cuantas pruebas han sido desarrolladas por los científicos y especialistas de la adicción con el fin de comprobar si el comportamiento de un individuo implica o no una problemática de adicción a Internet. Debemos sin embargo tratar los resultados de estas pruebas con cautela, dado el carácter reciente del trastorno de adicción a Internet, así como la dificultad de establecer generalidades debido especialmente a las varias problemáticas específicas que se superponen (adicción a los videojuegos, juego patológico, adicción a las realidades virtuales a la ciberpornografía, etc.)


A modo de ejemplo citamos Internet Addiction Test (IAT), desarrollado por el Dr. Kimberly Young. Considerado una herramienta fiable por varios estudios, el IAT aborda las características clave de una práctica patológica de Internet. Dependiendo de las respuestas, la prueba clasifica el comportamiento en cuatro niveles: no hay problema, hay un problema medio, moderado y severo.


«La adicción a Internet es sólo un síntoma de otros problemas»

Cabe recalcar que la realidad de la adicción a Internet sigue siendo debatida entre los especialistas. La ciberadicción tampoco aparece en la ICD 10, ni en la quinta y última edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (el famoso DSM-5, la «biblia» de la psiquiatría).

LLo cierto es que muchos investigadores están cuestionando la realidad de la ciberadicción. Para estos últimos, no representaría una adicción real, pero sería sólo un síntoma de trastornos preexistentes. La mayoría, si no todas las personas diagnosticadas como «adictas» a Internet tendrían por lo tanto una patología previa, como la depresión, los trastornos de ansiedad, o incluso los trastornos de la alimentación. Además, muchos investigadores cuestionan los criterios y métodos de reclutamiento utilizados en los estudios sobre la adicción a Internet.

La adicción a Internet, un nombre inapropriado

Parece más acertado decir que el proceso de adicción se establece a través de Internet, pero que no concierne Internet exclusivamente, ya que es solo un instrumento.


Las personas que hacen un «consumo abusivo» de Internet lo hacen de hecho por razones tan diversas como las compras, los juegos de azar, las relaciones humanas, la pornografía o los videojuegos. Todos estos actos se realizan online, pero no tienen otro denominador común. Esta es la razón por que hablar de «adicción a Internet» es algo inapropiado, ya que cubre muchos fenómenos distintos.


¿Hay soluciones?

El debate acerca de la existencia de un trastorno específico, una adición a Internet, no tiene sentido para aquellos que se enfrentan a problemas reales relacionados con el mal uso de esta herramienta: pérdida de interés en la escuela, aislamiento creciente, irritabilidad, etc.

Las personas que tienen este tipo de problemas, al igual de cualquier otra persona adicta, pierden su libertad y no pueden reducir o detener su uso a pesar de las consecuencias negativas de ese comportamiento en su vida cotidiana.


La adicción a Internet concierne con mayor frecuencia a tres categorías de personas; las que se dedican a los videojuegos y más particularmente a los videojuegos de rol multijugador masivos en línea (MMORPG); las personas adictas a los juegos de azar y de dinero en línea; y, finalmente, los afectados por una ciberadicción sexual, es decir, los que experimentan un impulso irresistible de ir a sitios pornográficos.

Hay relativamente pocas estructura específicamente dedicadas a las adicciones vía Internet (un término probablemente más correcto); las más utilizadas son modelos basados en las terapias cognitivo-conductuales. Estas terapias se basan en un conjunto de prácticas validadas para las adicciones como el enfoque motivacional y la prevención de recaídas, que tienen como objetivo identificar los factores que desencadenan la conducta adictiva y actuar sobre estos factores a través del fortalecimiento de las capacidades los individuos y de su autonomía y empoderamiento. Estas terapias requieren esfuerzos importante de parte de los pacientes y terapeutas, pero han demostrado ser válidas.

Otros métodos incluyen las herramientas parentales que permiten limitar el acceso a Internet, pero, por definición, estos métodos se refieren principalmente a los niños y adolescentes. En cualquier caso, los profesionales están generalmente de acuerdo en un objetivo de limitar el uso de Internet en lugar de la abstinencia total.

En conclusión

La llegada de Internet ha cambiado el curso de nuestras vidas; hoy en día el Internet no sólo está para quedarse, sino que puede enorgullecerse de una dimensión positiva extraordinaria en términos de desarrollo humano y empoderamiento. Internet se ha convertido en una parte integral de la vida de las generaciones más jóvenes, porque simplemente es la herramienta ideal para llevar a cabo lo que es la principal área de interés de los jóvenes, su prioridad: forjar un sentimiento de pertenencia, crear enlaces, comunicarse (y por lo tanto, construir su propia identidad)! Se trata de un proceso positivo y natural, tan antiguo como la humanidad. Solo las herramientas han cambiado.

Así que, hay que reconocerlo, el uso de Internet puede, en varios casos, ser problemático. Pero por ahora no se ha podido determinar si la adicción a Internet es un trastorno especifico o si es solo un concepto al que culpabilizar, evitando así reflexionar en profundidad sobre lo que verdaderamente causa el sufrimiento y el sentimiento de carencia de los adictos (como puede ser la falta de comunicación en las familias, aislamiento, estrés, etc.).

Para aportar respuestas definitivas aún falta evidencia científica y será necesario realizar una gran cantidad de investigaciones y estudios a largo plazo para poder dar una respuesta honesta.