«Cada dólar que se invierte en prevención y tratamiento puede suponer un ahorro de hasta 10 dólares»

Esta semana, Dianova publica extractos del informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes.  La JIFE es un organismo internacional independiente de la Organización de las Naciones Unidas, encarcado de vigilar la aplicación de los tratados de fiscalización internacional de drogas. Tiene un papel esencial a través de la aplicación de las restriciones en relación con los estupefacientes, en particular por el medio de su informe anual.
 
Fuente: Servicio de Información de las Naciones Unidas (SINU) y JIFE – Dianova International es una ONG acreditada por la Oficina de las Naciones Unidas a Viena

Extracto de la documentación de prensa suministrada por la JIFE – El uso indebido de drogas afecta a numerosos ámbitos, entre ellos la salud, la seguridad pública, la delincuencia, la productividad y la gobernanza. Si bien es difícil calcular el costo total real en dólares de los Estados Unidos del uso indebido de drogas en todo el mundo debido a la escasez de datos, para diseñar políticas que reduzcan el costo económico del uso indebido de drogas es necesario saber a cuánto asciende. 

La prevención y el tratamiento siguen siendo esenciales para aliviar los costos económicos y sociales del uso indebido de las drogas. Esa inversión debe mantenerse incluso en tiempos de austeridad financiera. La posibilidad contraria –la pérdida del potencial de los ciudadanos– podría ser la peor “decisión de inversión” imaginable. Raymond Yans, presidente de la JIFE

La JIFE destaca que la prevención y el tratamiento de la drogodependencia son algunas de las respuestas más eficaces para contrarrestar las consecuencias económicas del uso indebido de drogas. La mayoría de los estudios realizados muestran que, por cada dólar que se gasta, un buen programa de prevención puede ahorrar a los gobiernos hasta 10 dólares en futuros gastos; por consiguiente, las inversiones de los gobiernos en programas de prevención, tratamiento y rehabilitación y sus sistemas de control reglamentario deben mantenerse, incluso en tiempos de austeridad financiera. Si bien los costos y consecuencias pueden variar considerablemente de una región geográfica a otra, la JIFE, en sus recomendaciones, insta a los gobiernos de todos los países a que incorporen políticas e iniciativas contra el tráfico de drogas en sus programas nacionales, teniendo presente el principio de la responsabilidad compartida y el objetivo fundamental de fortalecer las instituciones a todos los niveles de gobierno.

Salud, seguridad pública, productividad, delincuencia y gobernanza: todos los costos económicos y sociales del uso indebido de drogas

Salud: Pese a que los efectos en la salud destacan por las pérdidas económicas que entrañan, las inversiones en tratamiento son rentables si se compara su costo con el que se genera si el uso indebido continúa sin ser tratado, o con el costo de la encarcelación: en los Estados Unidos, cada dólar que se invierte en tratamiento genera unos beneficios en forma de reducción de la delincuencia y de los gastos de atención de la salud que se cuantifican entre 4 y 12 dólares.

La heroína, el cannabis y la cocaína son las drogas que más dicen consumir las personas que se someten a tratamiento en todo el mundo; solo 1 de cada 6 de los aproximadamente 4,5 millones de consumidores problemáticos de drogas de todo el mundo recibe el tratamiento que necesita, lo que supone un costo global anual de unos 35.000 millones de dólares de los Estados Unidos.

La proporción de consumidores de drogas que reciben tratamiento varía considerablemente de unas regiones a otras. En África solo 1 de cada 18 consumidores problemáticos de drogas recibe tratamiento; en América Latina, el Caribe y Europa oriental y sudoriental, aproximadamente 1 de cada 11 consumidores problemáticos de drogas recibe tratamiento, y en América del Norte se calcula que 1 de cada 3 recibe tratamiento.

La tasa de mortalidad relacionada con las drogas de América del Norte sigue siendo la más elevada del mundo, según la información proporcionada por los gobiernos de la región; en 2011 se produjeron aproximadamente 48.000 fallecimientos relacionados con las drogas en esa región, lo que supone una tasa de mortalidad de 155,8 por millón de habitantes de 15 a 64 años de edad. Se calcula que todos los años se producen 211.000 muertes relacionadas con las drogas en todo el mundo, lo que supone entre el 0,5% y el 1,3% de la tasa de mortalidad general de las personas de 15 a 64 años; los jóvenes están expuestos a un riesgo especialmente alto.

 Consecuencias ambientales: La degradación y fragmentación de los bosques a causa del cultivo ilícito de drogas y la pérdida de zonas en que se podrían cultivar alimentos tienen efectos nocivos para el medio ambiente y la seguridad alimentaria. Además, la fabricación y eliminación ilícitas de drogas y productos farmacéuticos son importantes factores de contaminación ambiental, entre otros motivos por la exposición crónica a bajas dosis de drogas.

Delincuencia: El costo de la delincuencia, como consecuencia del uso indebido de drogas, se deriva de las cargas que soportan los organismos encargados de hacer cumplir la ley y las autoridades judiciales, a lo que se suman las elevadas tasas de encarcelamiento resultantes de comportamientos relacionados con el consumo de drogas. Se han realizado estudios que han demostrado que los costos generales de los tres tipos de delitos más comúnmente asociados al uso indebido de drogas –los delitos psicofarmacológicos, que son los delitos o agresiones cometidos bajo los efectos de las drogas; los delitos económico-compulsivos, que se refieren a los delitos cometidos por los consumidores de drogas para sufragar las drogas y su adicción a ellas; y los delitos sistémicos, que son consecuencia, por ejemplo, de las disputas “territoriales” por asuntos de drogas– son elevados, pero varían de una región a otra.

Gobernanza y poblaciones vulnerables: El uso indebido de drogas, la pobreza y la gobernanza deficiente suelen estar unidos por múltiples vínculos. La corrupción relacionada con las drogas puede socavar la gobernanza, lo que a su vez propicia el cultivo ilícito de drogas, la producción y fabricación ilícitas de drogas, el narcotráfico y el uso indebido de drogas; todos ellos pueden afectar gravemente a algunos grupos de población, como los niños, las mujeres y las personas que viven en la pobreza.

¿Qué pueden hacer las sociedades para reducir el costo general del uso indebido de drogas?

 Las medidas de prevención específicas y orientadas a grupos concretos, el logro de sistemas de justicia más eficientes que puedan disuadir del uso indebido de drogas y ofrecer soluciones alternativas al encarcelamiento y la incorporación de políticas contra el tráfico de drogas en los programas de desarrollo son algunas de las recomendaciones que la JIFE formula en su informe anual correspondiente a 2013 para reducir los costos económicos y sociales del uso indebido de drogas.

La JIFE insta a los gobiernos a que intensifiquen la aplicación de los tres tratados de fiscalización internacional de drogas y las políticas recomendadas y a que fortalezcan su colaboración y sus alianzas con las organizaciones internacionales pertinentes, como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.